A todos los hermanos y devotos del
Santísimo Cristo de la Misericordia en el Santo Entierro (Cortegana)
Queridos hermanos:
Tras cumplir recientemente casi
cuatro años desde que pusimos en marcha el proyecto de recuperación de una de
las tradiciones más longevas, arcaicas y preclaras de la Semana Santa de
Cortegana, el Santo Entierro, es momento de hacer balance de lo conseguido
hasta ahora por todas las personas involucradas en el mismo. El trabajo callado
y constante de dichas personas han conseguido convertir un viejo anhelo en toda
una realidad que se va consolidando poco a poco pero con paso firme y decidido.
Es posible que fuera el Santísimo Cristo de la Misericordia quien se valiera de
mí – y no yo de él- como primer hermano mayor para devolverle a Cortegana la
bella tradición de rendirle culto a Jesús en el Santo Sepulcro. Han sido años
de duro trabajo, ilusión y sacrificios, en los que nuestros deseos se han ido
convirtiendo en realidades: la ejecución de la talla del Señor, la compra del
paso procesional, el embellecimiento del Altar de las Ánimas, el incremento de
ajuares de la imagen, la adquisición paulatina de enseres o la sobriedad
rigurosa y la solemnidad de los cultos, metas éstas que se han ido alcanzando
desde la humildad y el compromiso cristiano, algo que nos ha movido desde el
principio para contribuir con nuestro trabajo a evangelizar a esta sociedad
corteganesa por momentos necesitada de unción cristiana.
La enorme implicación de todos y
cada uno de los miembros de la junta de gobierno, han dado durante todo este
tiempo un espaldarazo absoluto a todas las decisiones que como hermano mayor he
venido tomando de aquí para atrás, con lo que la lealtad y el apoyo recibido me
llena de orgullo, satisfaciendo a la par, las buenas intenciones e inquietudes
que siempre me han movido en pos del Santísimo Cristo de la Misericordia y
consiguientemente de nuestra Parroquia de Cortegana, donde, como un niño
pequeño, estamos tratando de guiar y educar a esta congregación, para
consolidar las bases de su futuro como un activo importante dentro de la
feligresía.
Sin embargo, cuestiones, esencial
y sustancialmente, laborales me llevan a la determinación de renunciar a ocupar
el puesto de hermano mayor que he venido desempeñando hasta ahora, algo que
hago en favor de otra persona de la hermanad, D. Carlos Bermejo Martins, cuya
ilusión, juventud y compromiso cristiano aseguran, sin ningún género de dudas,
el futuro de esta congregación. Tras meditarlo mucho entiendo que es
conveniente por el bien de la hermandad, que el hermano mayor de la misma pueda
estar más tiempo en Cortegana. Afortunadamente y gracias a Dios, la ocupación
profesional que desempeño me impide ir a Cortegana todo cuanto quisiera, por lo
que el tiempo que puedo dedicarle a la hermandad es poco, con los consiguientes
contratiempos que ello significa. De otro lado, motivos de índole personal me
ocupan el poco tiempo que el laboral me permite, por los que son muchas las
veces en las que me veo en la difícil situación de no poder cumplir con los
compromisos que como hermano mayor tengo adquiridos. Con esto quiero haceros
partícipes de mi decisión, al tiempo que os indico que la misma no lleva
aparejada mi marcha de la hermandad, todo lo contrario, pues me quedo en la
misma con la misma fuerza que hasta ahora, pero siendo uno más de la propia
junta, poniendo con mi experiencia cada granito de arena que pueda para mayor honor
y gloria de Dios, tratando por todos los medios de mantener viva esta ilusión
que nos mantiene unidos en este proyecto, al que ahora se sumarán personas
jóvenes de Cortegana quienes con los bríos frescos que trae la juventud,
tratarán de darle un nuevo impulso a nuestra congregación , en aras de irla
consolidando año a año.
La renuncia que os expreso -
insisto por motivos laborales - ya ha sido recibida y aceptada por el resto de
componentes de la Junta de Gobierno de nuestra corporación, así como trasladada
a la autoridad eclesiástica de nuestra parroquia.
Finalmente, agradezco de corazón
todo el esfuerzo, el trabajo, la dedicación y el amor a nuestra congregación y
al Santísimo Cristo de la Misericordia demostrado por una junta de gobierno de
la que dejo de ser cabeza principal, pero a la que me honro seguir
perteneciendo, pidiendo a Dios que ilumine con su luz el buen hacer de nuestro
nuevo hermano mayor, D. Carlos Bermejo Martins, para que como nuevo responsable
de los designios de la misma, trabaje amparado siempre por el infinito Amor de
Dios que es el fin último que nos mueve a todos como buenos cristianos
Por Cristo siempre
Pablo Borrallo
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